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Zamara Comas junto a sus hijos Kevin y Jack Ramírez Comas
Zamara Comas junto a sus hijos Kevin y Jack Ramírez Comas
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Cortesía

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Jack Ramírez, el joven ingeniero que amaba la paz y murió a manos de delincuentes

Kevin, su hermano menor, dice que su principal meta era ser feliz y hacer feliz a su familia.

Kevin Ramírez Comas tiene la sensación de que su hermano mayor Jack va a regresar a casa, como lo hacía todos los días, para compartir la habitación como ocurría desde muy niños.

Me parece escucharlo, que se sienta en su cama, junto a la mía, entonces enciendo el celular y vuelvo a la realidad: Jack ya no está con nosotros”, relata al recordar al joven ingeniero que falleció el pasado jueves luego de ser baleado por delicuentes que le robaron su vehículo en el barrio Las Mercedes, al norte de Barranquilla.

En diálogo con Zona Cero, rememora que estos días difíciles recordó con su mamá, Zamara Comas, el poema que ella le escribió a su hijo mayor el día que nació y que luego  repitió con Kevin.

Los tres éramos como hermanos, pero mi madre tenía una conexión especial con Jack. Practicábamos tenis, luego natación e incluso los dos llegamos a participar en competencias. Él siempre fue brillante”, narra.

Kevin enseña una foto junto a su hermano Jack, asesinado en atraco

Y mientras fluye el diálogo en medio de los recuerdos de una vida truncada a los 23 años que cumplió el 14 de julio pasado, Kevin comparte algunas de las fotos en familia que guarda en su celular.

Jack siempre está muy sonriente, feliz, como cuando jugaba con ‘Orión’, su bulldog inglés de tres años que se aferró al ataúd en la velación.

“Jack siempre le apostaba a la vida, a la paz, era conciliador, fue feliz y siempre quiso que mi mamá, mi padrastro, yo, y todos los que nos rodearan fuéramos felices”.

Por eso no se explican por qué los delincuentes le dispararon antes de robar su vehículo.

Estamos seguros que en esos segundos que pasaran, Jack no pensaba ni en el carro ni en el celular, sino en su vida. Le dispararon por detrás de la cabeza”.

'Orión', el fiel canino aferrado al ataúd de Jack.

También narra que los asesinos amenazaron a Natalia, la novia de Jack que iba en la silla del copiloto. “Si no te bajas, el próximo tiro es para ti”, le dijeron, por lo que la joven corrió a refugiarse hasta que los delincuentes se llevaron el vehículo y ella auxilió a su pareja.

Kevin reitera que su hermano era un hombre de paz a quien no le interesaba poner la otra mejilla. “Esta vez, los delincuentes no se lo permitieron”, y agacha la cabeza otra vez.

Lleva una de las gorras de Jack, así como una camiseta, el reloj y las manillas que usaba. “Es para sentirlo cerca, como si estuviera conmigo”.

También destaca que su hermano mayor fue un estudiante brillante que obtuvo las mejores calificaciones en el Nuevo Colegio del Prado, donde se graduó, y luego en la Universidad del Norte en donde estudió becado gracias a su promedio.

“Quería ingresar a una Maestría en Canadá, casarse y tener una hija con Natalia, pero todo quedó en sueños”.

Zamara Comas junto a sus hijos y Jack y Kevin. "Parecíamos hermanos por la unión", dice Kevin.

Dice además que su mamá, que tuvo una infancia y una adolescencia difícil, siempre quiso que estudiaran y que se formaran como profesionales.

"Fuimos una familia de escasos recursos, mi mamá vivió muchos años en Venezuela, donde nació Jack, allí trabajó desde niña y luego emigró a Colombia cuando Jack tenía 3 años. En Barranquilla trabajó como impulsadora de ventas, pero en Venezuela, desde los 16 años como mesera, niñera y doméstica”, relata.

Ya en nuestra ciudad, Zamara, hoy de 43 años, empezó a estabilizarse económicamente y formar un hogar.

También asegura que las investigaciones sobre el asesinato de su hermano van por buen camino, que han sentido celeridad en el proceso y que confían en que pronto habrá resultados.

En honor de Jack, este miércoles desde las 8 de la mañana su familia y amigos se concentrarán en una velatón en la calle 76 con carrera 32, en donde le dispararon.

“Será una jornada de reflexión sobre lo que está pasando en la ciudad. Quedaríamos tranquilos si los que mataron a mi hermano quedan tras las rejas. Ahí es donde nos preguntamos, quién sabe a cuántos más han asesinado y no ha pasado nada”.

Kevin vuelve a recordar la carta que Zamara le escribió a él y a su hermano y el día que Jack, cuando tenía 4 años, regresó de la guardería feliz porque lo primero que aprendió a leer fue ese mensaje.

Mami, te amo, yo tampoco podría vivir sin ti”, le dijo Jack emocionado, el mismo que el pasado jueves murió a manos de los delincuentes que le truncaron sus sueños y con él, los de su familia.